El seleccionado costarricense y jugador de Hatillo, Milinton Tijerino realiza una pasantía con el equipo MVFC Berettyóújfalu, actual campeón de Copa, de la Primera División de Futsal de Hungría.
Tijerino llegó al equipo de la ciudad de Berettyóújfalu, ubicada a unos 265 kilómetros al oeste de Budapest, por invitación del entrenador español Sergio Mullor Cabrera y por recomendación del estratega nacional Carlos Sotela.
El exjugador formado en Borussia y que explotó con el desaparecido Grupo Line, llegó el 4 de mayo y estará hasta el final de mes, cumpliendo el sueño de entrenar y compartir con el quinteto que próximamente estará jugando la final de la liga húngara.
La experiencia de ser parte, durante 30 días, de un club europeo es para Tijerino algo que no tiene comparación. “Llegar a las ‘Grandes Ligas’ es algo increíble’. No tiene comparación alguna”, aseguró desde Hungría.
El año pasado, junto a Diego Zúñiga, se convirtieron en los primeros costarricenses en jugar un Mundial de Clubes de Futsal. Lo hicieron vistiendo la camiseta del Elite Futsal de los Estados Unidos. Hoy cumple otro sueño más. Te compartimos la entrevista que concedió a la Liga de Futsal donde nos cuenta de su aventura por Europa.
¿Cómo se abre la puerta para ir a Hungría?
R. Primero por la relación que tengo con el técnico del equipo, Sergio Mullor Cabrera. Nos conocimos hace un tiempo, hablamos y se concretó por medio del entrenador Carlos Sotela.
¿Qué tal la experiencia entrenar y vivir el día a día en Europa?
R. Es algo increíble. Poder llegar a las “Grandes Ligas”, sentir el juego europeo a más no poder. Es algo que no tiene comparación alguna.
¿Y la adaptación al horario europeo?
R. Los primeros días fueron complicados. En las noches no podía dormir y en el día pasaba durmiendo, pero ya después uno se acostumbra al cambio (risas).
¿Cómo es Berettyóújfalu, la ciudad dónde estás viviendo?
R. Es una ciudad muy bonita, con un clima un poco frío. La gente es pura vida. Me han tratado súper bien, todos en general.
¿Cuál es la rutina de un jugador europeo?
R. Es este caso me usaré de ejemplo. Cuando es solo un entrenamiento al día, generalmente desayuno temprano, luego alisto todas mis cosas y me baño. Después veo un poco de Netflix para matar tiempo y esperar la hora de almuerzo. Acá se acostumbra después del almuerzo a ir a una cafetería, a tomarse un expreso y charlar. Me voy a entrenar. Al final del día termino con una buena cena.
¿Qué te ha sorprendido de esta experiencia?
R. Saber que ellos prefieren jugar en pista de madera, aparte del profesionalismo que le dan al futsal.
¿Cuáles son las diferencias entre el futsal de Europa y el de Costa Rica?
R. La principal, los entrenamientos. Se trabajan muchas horas a la semana. La intensidad con que lo hacen. Con el tema de la comida son súper ordenados. Todos los gimnasios cumplen con las medidas respectivas, eso permite desarrollar el verdadero futsal.
¿Cómo te ha ido con el idioma?
R. Me comunico en inglés con los húngaros y en español con los brasileños. No me ha costado el tema de comunicación. He aprendido a decir lo básico y lo más importante para mí es aprender lo básico: hola, gracias, con gusto, por favor, adiós.
¿Ha probado algún platillo húngaro?
R. El Goulash. Es un tipo de sopa. Mi favorito.
¿Alguna anécdota qué nos puedas compartir de tus primera días en Hungría?
R. Salí una tarde a caminar, para buscar comida. Entré a una pizzería. Le hablé a la muchacha que me atendió en inglés, pero ella solo hablaba húngaro, y claramente me respondió en su idioma. Yo la veía con una cara de que estaba entendiendo todo. Incluso hacía pequeños movimientos de cabeza, para que me viera, como que si le estaba entendiendo y fue todo lo contrario (Risas). Al final le dije gracias y me fui.
Fotos: Cortesía de Milinton Tijerino