El entrenador Giovanni Salas asegura que la pasión por el futsal inició cuando vio por primera vez a su hijo mayor Kenneth jugar y ganar su primera medalla en un partido del kínder. Desde entonces el asistente técnico de Borussia se enamoró de lo que en aquella época se conocía como fútbol salón y heredó ese sentimiento a sus otros dos hijos; Jean Carlo y Johanna.
La semilla que sembró en sus tres hijos hoy recibe sus primeros frutos. Kenneth tiene 24 años, es parte del equipo de la UNED-San José, de la Primera A. Jean Carlo de 19 años, juega con el actual campeón de la Liga Premier Borussia y Johanna, la menor, a sus 18 años forma parte del equipo CCDR Desamparados de la Liga Premier Femenina. “Mis hijos son mi gran orgullo. Soy un padre estricto y comprensivo a la vez”, asegura.
Giovanni ha sido entrenador y padre en los últimos 20 años. Cumplir esa doble función le genera mucho sufrimiento. “Se sufre mucho porque si uno los está dirigiendo tiene que tratarlos como jugadores y no como hijos. Cuesta mucho separar ese sentimiento”, afirma.
Y es que en la casa de los Salas se habla, se respira y se vive futsal. “Hablamos después de cada partido. Les digo sus errores y se vienen las controversias. Lo hacemos después de cada partido” agrega.
Dentro de las anécdotas recuerda el primer partido de Jean Carlo con las categorías menores de Borussia. “Era tan pequeño que teníamos que enrollarle las mangas de la camiseta y ponerle uno de mis cordones en la cintura para que no se le cayera la pantaloneta, que le llegaba a los tobillos. Se imagina que pequeño era”, revela.
Su herencia
Kenneth, el mayor de los Salas, afirma que tener a su papá como entrenador es una gran ventaja porque es su pasión. “Siempre nos acompaña y nos apoya. Nos enseña posicionamientos y jugadas. Eso nos hace crecer como jugadores y deportistas. Es una persona humilde, increíble y alguien a quien admiro mucho” declaró.
Jean Carlo celebró el último campeonato junto a su padre. “Mi papá ha sido una pieza importante desde que empecé a jugar. Me apoya en cada entrenamiento y en cada partido. Es una persona maravillosa alegre y motivadora”. Jean Carlo Salas
Johanna, la menor, juega en la Liga Premier femenina y afirma que su papá es un entrenador que confía en sus jugadores y los motiva a ser mejores. “Mi papá desde pequeños nos llevó a los partidos. Nos enseñó lo bonito y entretenido del futsal. Sus consejos me ayudan mucho a controlar aspectos que no puede manejar en un partido. Es una persona disciplinada que ama lo que hace”, aseveró.
Nota: Rodolfo Rivera
Fotos: Archivo y cortesía Giovanni Salas