Yeraldin Araya se convirtió, en el 2016, en la primera mujer árbitra futsal FIFA de Costa Rica y de la CONCACAF. Sus siete años en el arbitraje están marcados por la convicción de romper con lo establecido y abrirse camino en un ámbito predominado por el machismo.
“Me ha tocado abrir barreras, en un mundo donde el arbitraje estaba pensado solo para hombres. Ahora las mujeres tenemos más espacios y nos respetan. No nos tiembla la voz cuando tenemos que hablar con un jugador o sacarle una tarjeta”, nos cuenta Yeraldin, en la entrevista para LIFUTSAL.
¿Por qué decidió hacerse árbitra de futsal?
R. Ingresé al curso para obtener un título de carrera profesional en el Ministerio de Educación, ya que soy educadora física. En el curso conocí al que ahora es mi pareja. No me gustaba para nada el arbitraje, pero Jorge Ruiz me apoyó y me impulsó a seguir. Poco a poco le empecé a sentir el gusto.
¿Qué representa ser la única mujer árbitra futsal del país y de CONCACAF?
R. Ha sido una gran responsabilidad. En un torneo eliminatorio de CONCACAF, en Cuba, pensaron que Yeraldin era un hombre. Me asignaron una habitación con otro compañero, pero cuando se dieron cuenta que era mujer me cambiaron. En el aeropuerto también me detuvieron, porque no me creían que iba un torneo masculino. Me ha tocado abrir barreras en un mundo donde el arbitraje estaba pensado solo para hombres.
¿A qué estereotipos o prejuicios se ha enfrentado?
R. Me ha tocado luchar contra el machismo, la discriminación y un ambiente adverso por mi condición de mujer. Sin embargo, no me arrepiento. La Liga de Futsal creyó y apoyó a las mujeres. En un mundo pensado para hombres, tenía la responsabilidad de hacerlo bien. La meta se logró. Ahora las mujeres tenemos más espacio y nos respetan. No nos tiembla la voz cuando tenemos que hablar con un jugador o sacarle una tarjeta.
¿Qué es lo más difícil de ser árbitra de futsal?
R. Lo difícil no está en la superficie de juego. Lo difícil está en los sacrificios que representa ser árbitro. Asistir a reuniones, a partidos, a pruebas físicas. En la zona donde vivo no hay buen transporte público. Muchas veces me tocado dirigir partidos a las 8 de la noche. Regreso a la casa, a la una de la mañana, y cuatro horas después tengo que levantarme para ir a trabajar.
¿Qué partido o torneo recordará y por qué?
R. El mundial femenino en Guatemala en el 2015. Fue mi primera experiencia a nivel internacional. Dirigí el tercer lugar del torneo, a pesar de no tener el gafete internacional, ya que me lo dieron en enero del 2016.
¿Le han dicho algún piropo o alguna ofensa en la cancha?
R. (Risas). Me ha dicho de todo un poco. Desde qué guapa arbitra, sáqueme las tarjetas rojas que quiera o hasta que se vaya a lavar platos.
¿Alguna anécdota que recuerde?
R. En los Juegos Nacionales en ciudad Neily tuve una mala experiencia. El entrenador Esteban Jiménez se me acercó y me apoyó. Me dijo que era una buena árbitra y que iba a salir de eso. Años después me tocó dirigir una Final de Liga Premier. Al terminar el partido el doctor me felicitó por mi desempeño. Y me recordó aquel momento. Nunca voy a olvidar el detalle.
¿Qué consejo les daría a las niñas que quisieran iniciar en el arbitraje?
R. Que luchen por lo quieren. El arbitraje más que aptitud es disciplina. Las barreras solo existen en la mente. Para alcanzar las metas hay que sacrificarse, así como yo he podido ellas también podrá
¿A qué le sacaría tarjeta roja para mejorar el arbitraje?
R. Al desconocimiento de las reglas y a la falta de cultura de algunas personas, que solo llegan a insultar.
Nota: Rodolfo Rivera
Fotos: Rafael Palacino
PRENSA LIFUTSAL