Nayarith Rodríguez regresó en el 2018 a CODEA Alajuela Futsal para alzar su tercera Liga Premier Femenina. La jugadora no pudo estar la temporada pasada con las alajuelenses. En el primer semestre por sus compromisos en la universidad y en el segundo semestre porque jugó para Paraíso.
Con las de Cartago alcanzó el campeonato de la Segunda División Femenina y el ascenso a la Liga Premier. Este año volvió al Polideportivo de Monserrat. La que ha sido su casa desde que tiene 11 años. La exjugadora Nancy Gámez fue quien la invitó a entrenar cuando estudiaba en la Escuela María Vargas Rodríguez en Ciruelas, Alajuela.
Desde entonces han pasado diez años. El futsal se convirtió en su ‘fiel compañero’. La acompañó en su época de escuela, colegio y la universidad. Actualmente estudia Ciencias del Movimiento Humano (Educación Física), en la Universidad de Costa Rica y trabaja como instructora en el gimnasio Rincón Fit, en Guácima, Alajuela.
¿Qué significado tiene futsal en su vida?
R. El futsal ha sido cómo mi fiel compañero de formación. Desde que llegué a Alajuela, a los 11 años, han sido muchas etapas. Terminé la escuela, el colegio y ahora la Universidad. En ese tiempo han pasado muchísimas cosas y el futsal es lo único que me ha estado siempre. Me ha dado a mis mejores amigos, así es que lo describiría como “mi fiel compañero”.
¿A quién admira o es su ejemplo a seguir?
R. A mis papás definitivamente. Tengo 9 hermanos y ellos lucharon para sacarnos adelante a todos. Se han esforzado demasiado y por eso los admiro muchísimo y les estaré eternamente agradecida.
¿Una anécdota del futsal que nos pueda compartir?
R. Siempre recuerdo mis primeros Juegos Nacionales. Tenía 12 años, no jugaba ni el minuto de silencio (risas). Como el tercero o cuarto partido lo íbamos perdiendo como por 4 goles. Ya faltaban como dos minutos, entonces Sugey Arias me metió y le hice un gol (risas) a Tracy Villalobos, que en ese entonces era de las mejores porteras del país. Después de ahí dejé de “chupar banca” (risas).
¿Con qué personaje mundial se tomaría un café?
R. En el ámbito deportivo con Andrés Iniesta, de fijo. Pero cambiaría el café por un chocolate o un vinito (risas).
¿Cuál fue el último capricho que se cumplió?
R. Un helado napolitano dos pinos, con leche condensada y un poquito de coca. Lo recomiendo, pero no en altas proporciones (risas).
¿Cuáles serían sus vacaciones perfectas?
R. Unas en las que pueda llevar a todas las personas que amo, no importa el lugar, pero siempre he querido juntarlos a todos.
¿Un lugar del mundo le gustaría conocer?
R. Me encanta conocer lugares, quiero conocer muchos. Pero si tengo que elegir uno, Islandia.
¿Qué se llevaría a una isla desierta?
R. A mi mamá (risas).
¿Playa o montaña?
R. Montaña, ojalá con cataratas y esas cosas.
¿Un sueño o meta por cumplir?
Graduarme, tener independencia económica.
¿Su pasatiempo?
R. Compartir con las personas que quiero, de la manera que sea me apunto.
¿Comida favorita?
R. Camarones o los casados de mi mamá.
Un deporte que no sea futsal…
R. Triatlón, me encantaría practicarlo algún día.
¿La última película que vio?
R. No soy mucho de ver películas o televisión. No recuerdo cuál fue la última que vi.
¿El último concierto al que asistió?
R. Natalia Lafourcade con la filarmónica.
Si fuera una red social, ¿cuál sería y por qué?
R. Twitter, siento que es donde la gente es más libre y se expresa con más realismo.
¿Cuál era su caricatura favorita?
R. Súper Campeones.
¿Su mejor recuerdo de navidad?
R. Siempre compartimos todos juntos en la casa, son de mis días favoritos. Si pudiera volver a alguna navidad lo haría a la del 2009 o por ahí, cuando aún estábamos completos los 10 hermanos.
¿Qué le pidió a Santa?
R. Salud y mucho amor, para mí y mis seres queridos, creo que es lo más importante.
¿Un propósito para el 2019?
R. Seguir creciendo, académica, laboral y deportivamente. Disfrutar del proceso.
